sábado, noviembre 12, 2005

La vida en una micro


Hace muchos años atrás tomé mi maletas de mi vacío lugar y caminé en dirección al abismo, anduve durante muchas horas totalmente perdida cuando vi un paradero en medio de la nada.
No tenía intenciones de esperar ningún bus, así que solo me digné a usar el incomodo asiento que este paradero podía brindarme, estuve ahí como 15 minutos cuando un amable conductor se detuvo, y abrió las puertas de su micro, no se por que razón recogí mi maletas del suelo y subí, estaba vacía, completamente vacía. Caminé y me senté en el ultimo asiento pegada a la ventana. Anduvimos como 1 semana y para ese entonces el conductor y yo ya éramos grandes amigos, me contó un sin fin de historias muy entretenidas. Seguimos el rumbo, o el no rumbo, bueno algo con rumbo y de repente comenzaron a entrar muchas niñas o por lo menos creí verlas como si fueran hartas, pero solo puedo referirme a dos, una de ellas llevaba mi mismo nombre, cosa graciosa, no había conocido antes a una persona con mi nombre, otra niña llevaba un nombre distinto a nosotras 2, ellas me agradaron desde que las vi, pero lamentablemente no puedo hablar mucho, por que no tengo muy clara la pequeña amistad que formamos en un año, luego sin que le deseáramos tuvimos que separarnos de micros, en esos momentos sentí que nunca mas las volvería a ver, así fue como todas se bajaron ¿o me bajé yo? No se, pero puedo asegurar que el conductor era el mismo.